Me acerqué a recoger tu pena en mis manos

A beber tus lágrimas

Y supe de tu pelo, de tu nariz,

En tu frente miré a los ojos ese sol

Que se enciende sobre tu mirada

 

Y me encontré cara a cara con mi corazón

Algo pasó con todo lo caminado hacia mí mismo

En un segundo desandé horas y horas

De tratar de elevarme al olvido y entonces…

Llamé a tu boca, a esa puerta suave, rosa brillante que floreció en mi boca, y deshojé tu beso pétalo a pétalo

Para liberarlos al viento de esa tarde

 

Cuantos latidos vi en tu cuello

Cuantos en mi pecho

 

Eran momentos tan frágiles,

Que solo cabían el silencio y nuestra complicidad;

No hay razones,

Sólo huellas en las arenas del tiempo

Y el sabor de un beso compartido con sinceridad