¿Cuál es el canto más poderoso que puedes darme antes de que te niegue tres veces esta madrugada? ¿Cuál de sus notas hirientes es la envenenada, esa mortal, que encadena su sordera al trueno? Dámela ya, de un solo trago, ponzoñosa, hirviente, la espero esta mañana, que es la otra mañana de puertas y ventanas abiertas. Solo una nota quiero antes de negar tu frente. Salta volando, aletea picoteando la vida, que soñando, tu canto ya es mi muerte.